El terraceo más exclusivo se vive este verano en Barcelona

En verano, todo el mundo quiere tomar una copa y comer bien con la brisa que regalan las terrazas de hotel. Aquí presentamos algunas de las opciones más exclusivas de la ciudad

¿Qué mejor programa que pasar una tarde de verano en una terraza con vistas a Barcelona?

¿Qué mejor programa que pasar una tarde de verano en una terraza con vistas a Barcelona? Foto: Gran Hotel La Florida

La reciente Semana de las Terrazas de Barcelona fue el prólogo para el regreso de unas de las actividades que más buscan los residentes y visitantes de Barcelona durante el verano: disfrutar de la transición entre la tarde y la noche en las azoteas reconvertidas en exclusivos espacios de comidas y bebidas.

Hay de todo para elegir: los que cargan su agenda con toda clase de eventos musicales, los que apuestan por una gastronomía relajada y de alta gama y los que prefieren ofrecer nuevas experiencias a los comensales.

Da igual: a la larga, lo mejor es ir alternando opciones para descubrir las propuestas de terraceo más chic de esta temporada. Veamos algunas de las opciones.

Gran Hotel La Florida

Varios hoteles ofrecen bonitas panorámicas de Barcelona gracias a la altura en que se encuentra su terraza. Pero ninguna despliega las vistas de la capital catalana, su área metropolitana, el mar y el Vallès como es el Gran Hotel La Florida, ubicado a unos 500 metros de altura en la cima del Tibidabo.

2-	El Gran Hotel La Florida se encuentra a 500 metros de altura
El Gran Hotel La Florida se encuentra a 500 metros de altura. Foto: Gran Hotel La Florida

Este hotel construido en 1925 en estilo noucentista, que resucitó en 2001, está gestionado desde enero por el grupo Sunset Hospitality Group, que se ha preocupado por abrir las puertas de este resort urbano de lujo a residentes y visitantes con nuevos programas.

Una de estas propuestas es el Pool Day, la opción de disfrutar de la piscina interior/exterior de 37 metros, revestida en acero inoxidable, con vistas a 270 grados sobre la sierra y la ciudad.

Por 60 euros, se tiene derecho a una hamaca, toalla, botella de agua y un plato de fruta; y por 250 euros entre dos personas, se añade una botella del champagne Louis Roederer.

Además, este pase permite disfrutar de la zona de jacuzzis y saunas. Como este servicio está disponible de 8:00 a 22:00, hay pocas experiencias similares a ver el atardecer en la ciudad con medio cuerpo en la piscina y un cóctel en la mano.

Porque ya sea a través de este pase o si es que uno solo quiere desconectar un rato contemplando las vistas, en las terrazas escalonadas de este hotel 5* GL de 11:00 a 23:00 está abierto el Poolside Restaurante, con una carta de platos ligeros como los langostinos fritos en panko con mayonesa de lima, los calamares fritos con polvo de algas y mayonesa japo, o las ensaladas César La Florida (lechuga, pollo y parmesano) o la de col kale con aliño oriental.

3-	Croquetas, bravas y cócteles para el picoteo
Croquetas, bravas y cócteles para el picoteo. Foto: Gran Hotel La Florida

Si se quiere algo más contundente, está la hamburguesa de buey; el Club Sándwich clásico con patatas fritas; el bagel con aguacate, lechuga y salmón ahumado o los rigatoni con tres salsas a elegir.

La carta de bebidas cuenta con una quincena de cócteles de autor, varios sin alcohol y smoothies, cervezas y una docena de vinos de DO de España y Francia.

Otra alternativa, más elegante y acorde a la categoría de este hotel, es terminar la jornada en las mesas del restaurante The TB Bar, donde el chef ejecutivo Jesús Pérez presenta una carta que rinde pleitesía a la cocina mediterránea con sus arroces como los de sepionetas y zamburiñas o el de pato con foie y setas; fideuás como la de calamarcitos y all i oli negro; pescados como el lomo de ventresca de atún con mini ratatouille o el salmonetes con salsa de escabeche, zanahoria e hinojo.

Un elegante cóctel en la terraaza
Un elegante cóctel en la terraza. Foto: Gran Hotel La Florida

Claro que también hay lugar para las carnes con el chuletón de Nebraska de 500 gr con pimientos y patatas glaseadas o el magret de pato lacado con miel de especias chinas. Y de postre, atención al mousse cítrico con interior de jengibre y pistacho, las texturas de chocolate caraibe y crema de almendras o el cheesecake en dos texturas con frambuesa y remolacha.

Hotel W

En un hotel con cinco espacios gastronómicos, es lógico que en su terraza haya varias opciones para elegir. En este caso, hay hasta tres alternativas para disfrutar del sofisticado espacio del W (Pl. Rosa del Vents 1): las fiestas del WDSS, la nueva propuesta del restaurante Fire y la combinación de cócteles y tapas de su terraza.

Vamos por partes:

Cada domingo hasta el 1 de septiembre, desde las 19:00, la terraza de W se transforma en una discoteca al aire libre. Aunque esté a solo una planta de altura, la privilegiada ubicación al final del Paseo Marítimo de Barcelona permite contemplar cómo la costa se transforma del atardecer a la noche, en un interregno en que la piscina, los sofás y las tumbonas se convierten en una pasarela con cócteles, champagnes y mucha música electrónica. Y para apurar una cena ligera, hay que tener fichado el rincón de pizzas artesanas.

La fiesta del WDSS en su punto cumbre. Foto: Hotel W
La fiesta del WDSS en su punto cumbre. Foto: Hotel W

Se trata de las WDSS (Wet Deck Summer Series), donde la atmósfera musical creada por los DJs Andrea Oliva, Francis Mercier, Hot Since 82, Nic Fanciulli y Sarah Story crean una sinergia de música, luces y sonidos que se sazona con espectáculos de pole dance, natación sincronizada, anillos acrobáticos o paseos en zancos.

Y si tras la 24:00 hay gente con más ganas de marcha, puede tomar el ascensor y subir al piso 26, donde en la disco-restaurante Noxe sigue la fiesta hasta las 03:00.

Cocina a cuatro manos en el Fire

Técnicamente el Fire no pertenece a la terraza, pero en verano las mesas y sillas de este restaurante a las brasas conquistan ese espacio, así que bien vale su inclusión.

Gazpacho con remolachas escalibadas y frutos rojos de temporada
Gazpacho con remolachas escalibadas y frutos rojos de temporada. Foto: Fire

La novedad del Fire es la llegada del segundo capítulo de la cocina a cuatro manos. Tras el paso de Iñaki Gorrotxategi, ahora el chef ejecutivo Stefano Pinna convoca a Carlota Claver, de La Gormanda, para elaborar un menú en colaboración.

Hasta septiembre se puede disfrutar de la cocina a cuatro manos entre Carlota Claver (La Gormanda) y el chef del Fire Stefano Pinna

“Tenemos muchas cosas en común con Stefano, como el respeto por el producto de proximidad y la comida orgánica”, dijo Claver en la presentación, donde apuntaron que el objetivo es que los visitantes se sientan como residentes de toda la vida cuando están en la mesa.

Esta propuesta que durará finales de septiembre se inicia con el fresco gazpacho de Claver, con remolacha escalibada y frutos rojos, mientras que Pinna aporta la berenjena de agricultura ecológica, con salsa de tomates, crema de burrata, puré de albahaca y crujiente de piñones.

Salmonete de La Gormanda
Salmonete de La Gormanda. Foto: Fire

La salomónica división de platos llega al punto que ella tira para el lado de mar y él para la tierra, como probamos con el exquisito salmonete al estilo de La Gormanda, donde el fumet de las espinas se combina con berberechos y acelga crujiente.

Tras el paréntesis del sorbete de yuzu, llegó la entraña de cebón de Angus con cebolla de Figueres y patatas con salsa romesco, que lleva la firma de Pinna.

El postre fue una potente pavlova con mousse de yogur, cerezas y merengue seco, en un viaje gastronómico que se puede maridar con vinos como los cavas Juvé y Camps (DO Cava), el blanco La Fou de Els Amelers (DO Terra Alta) o el tinto 3.9 de Abadal (DO Pla de Bages).

En la terraza del W

Si no se trata de ir a cenar al Fire o de estar de marcha en las WDSS, la terraza del W cuenta con varias opciones para estar de copas o cenar ligero. Por ejemplo, para los amantes de los platos fríos y sin cocción hay ostras, tartar de salmón y ceviche de corvina, así como bowls con poke de salmón, tomates de temporada o ensalada césar.

El picoteo puede seguir con los nachos con chedar fundido, frijoles y guacamole; los calamares fritos con pimientos de Padrón o el hummus con tomates y berenjenas. Pero si uno quiere ir a por más, hay pizza margarita, baguel de pollo y la doble W burguer de carne de Angus.

Carlota Claver y Stefano Pinna. Foto: Fire
Carlota Claver y Stefano Pinna. Foto: Fire

Helados y frutas frescas completan el menú donde se encuentran media docena de cócteles de autor y varias ideas de mojitos, además de un par de smoothies, algunos de los champagnes más exclusivos del mercado, cervezas, sangrías y una docena de tintos, blancos y rosados.

Sky Bar

¿Vieron que todas las terrazas de París todo el mundo se sienta mirando hacia la calle? Pues en el Sky Bar pasa algo parecido: aquí los sillones y las sillas tienen una disposición de anfiteatro, con un par de sectores escalonados, donde el escenario es la Plaza Cataluña a los pies y el centro de Barcelona que se despliega en un arco de 270 grados.

La terraza del hotel Iberostar (Plaza Cataluña 10), aunque está abierta todo el año, resurge cada verano cuando aprovecha su estratégica ubicación, que aporta una bienvenida cuota de brisa aún en los días más tórridos.

La piscina del Sky Bar con Barcelona de fondo. Foto JP Escobar

Su piscina infinita da el toque cromático al mobiliario de colores pastel, en un sitio donde la combinación de música de fondo (un poco tendencias comerciales, un toque ochentero, algo de reggaetón y una pizca de electrónica) tiene potencia pero sin ser estridente.

La disposición de las mesas y sillas del Sky Bar tiene forma de anfiteatro, con Barcelona como escenario

Para esta temporada la terraza, regenteada por el Grupo Costa Este, ha renovado su carta, donde se pueden encontrar un homenaje al tapeo de toda la vida con las patatas bravas, las croquetas de jamón ibérico, o la tabla de quesos, con otras más elaboradas como los langostinos crujientes con salsa agridulce o los calamares a la andaluza con mayonesa de yuzu.

Además de media docena de ensaladas para los que quieren comer liviano, también se ofrecen contundentes sándwiches como el recomendado Club (con pollo, beicon, queso, lechuga y tomate), el wrap de pollo, el elegante sándwich de queso y trufa negra, o dos tipos de hamburguesas: la American (la clásica de ternera, queso, lechuga, tomate y mayonesa) o la Skybar (con el añadido de queso de cabra).

El lugar aprovecha las largas horas de sol del verano. Foto JP Escobar

Ya para los que quieren salir con el estómago bien lleno, apunten a las pizzas de margarita o cuatro quesos, o a carnes como el steak tartar, el carpaccio de buey con parmesano y rúcula, o el solomillo de ternera y guarnición.

Las bebidas del Sky Bar

Un punto destacado del Sky Bar es su larga carta de bebidas: hay siete variedades de Spritz (con St. Germain, Martini Fiero o Grey Goose), otras tantas de cervezas, más de 20 cócteles clásicos y un puñado sin alcohol, cuatro tipo de sangrías, vinos de varias DO españolas (con una preferencia por las catalanas como Empordà, Penedès o Priorat), vermouts, unos cavas y algunas de las referencias más exclusivas de champagnes, como el Veuve Clicquot, Dom Perignon, los Moët Ice o Chandon o el GH Mumm Brut.

Dada su alta concurrencia, en el Sky Bar se cobra una entrada de 20 euros de viernes a domingo 20 euros, y de 15 euros el resto de la semana (en ambos casos incluyen consumición).

Tapas y cócteles del Sky Bar. Foto JP Escobar

El Palace Barcelona

Hace pocas semanas la terraza de este emblemático hotel de Gran Vía 668 se convirtió en un rincón de Jerez con la presentación en sociedad de La Caseta de El Palace, una experiencia pop-up donde entre flamenco y los exquisitos vinos de las bodegas Mora-Figueroa Domecq desfila una selecta carta de platos del sur español, como la fritura de pescaíto, el cazón en adobo, las croquetas de rabo guisado (muy recomendables), el jamón ibérico, el salmorejo o la carrillera de cerdo ibérica al vino de Jerez.

Espectáculo de flamenco en La Caseta de El Palace. Foto Hotel El Palace

La Caseta se realiza una vez por mes, y las próximas citas serán el 19 y 20 de junio y el 17 de julio a las 20:00, a un precio de 95 euros por persona.

Pero hay más en El Palace Barcelona: al atardecer hay espectáculos musicales, como las presentaciones de David Canal con su rumba clásica y moderna cada jueves de 19:00 a 21:00, o la de los DJs Carlos U Soul, Anna Wolf y Viktor Olle los viernes, sábados y domingos respectivamente.

Opciones gastro en El Palace Barcelona. Foto Hotel El Palace

Mientras sigue la música, se pueden degustar platos de la nueva carta como el pollo de payés crujiente, el arroz seco de bogavante o el aguachile de langostinos y mango, junto a platillos como las croquetas de calabaza y queso comté, gamba roja o jamón ibérico de bellota; el pani puri con guacamole y agua de menta, el caviar con blinis o el pan de coca de escalivada con olivada y queso de la Garrotxa.

Una vez por mes la exclusiva terraza del Palace Barcelona se convierte en una caseta andaluza con exclusivos vinos de Jerez

Otro maridaje de música y gastro es el ciclo Brunch & Vynils, los sábados y domingos de 12:00 a 16:00, donde mientras Carlos U Soul pincha sus discos se ofrecen comidas como huevos Benedictine con salmón y aguacate, espinacas o bacon; el sándwich de pastrami o la hamburguesa de gamba, entre otros.

Ciclo de cine en la terraza. Foto Hotel El Palace Barcelona

Y también hay espacio para el cine: de lunes a domingo, a las 21:30, mientras cae el sol desfilan en pantalla gigante grandes éxitos de Hollywood, a un precio de 36 euros por persona con palomitas y cóctel Grey Goose.

El Cielo

Cada terraza tiene sus valores añadidos. Más allá de sus propuestas gastro y culturales, El Cielo, la terraza del Sofitel Barcelona Skipper (Avda. del Litoral 10), gana muchos puntos por sus panorámicas, a ocho plantas de altura frente al Mediterráneo.

Su cercanía a la costa garantiza la permanente llegada de la brisa marítima, lo que incluso en junio puede apurar a tener una chaqueta ligera a mano.

Allí se combinan servicios de bar y de restaurante, con una carta que mantiene en alto el listón de la gastronomía que se ofrece en este hotel, que ya destaca con su restaurante Tendiez.

La carta se caracteriza por sus platos livianos, pero que en el caso de los pescados y carnes, llega a porciones de tamaños considerables. El truco es pedir un par para compartir y luego pasar a algún principal en caso que haya quedado algo de hambre.

Todo es cielo. Foto El Cielo

Por ejemplo, entre los tartares hay cuatro variedades para elegir, refrescantes entrantes como dimos cuenta con el de atún y lubina con caviar de aceite, el de cigalas con salsa de chef (que recuerda a un escabeche), y el de tomates del huerto secados al sol. Solo nos hubiera faltado el de ternera de Moyanés, pero hubiera sido demasiado.

Platos de mar y campo en El Cielo

Sí, porque nuestra visita siguió con una cigala XL con cebollino y aceite de oliva, donde su carne se desprendía fácilmente con los cubiertos; que luego fue continuado por un plato de espárragos de temporada del Prat con salsa de mojo picón.

Barra de El Cielo. Foto El Cielo

Decidimos volver al capítulo marinero, y así llegaron un muy tierno pulpo a la gallega con pimiento, y una lubina con cebollín y tomates del Prat, con el toque de guindilla y caviar de aceite; en ambos casos preparados a las brasas.

De hecho, la carta de El Cielo bien podría llamarse ‘el mar’ o ‘el campo’, porque allí se encuentran crudos como diferentes carpaccios (de cigalas, de atún, de jamón ibérico o de calabacín y berenjenas), diferentes bivalvos como almejas gallegas, navajas de las Rías, mejillones de roca o berberechos hechos a la brasa, el vapor o en escabeche, y otras joyas marítimas como gambas, cigalas, pulpos o rodaballos.

Además del toque ultra chic de caviar de beluga, se pueden encontrar pastas (canelones, pene rigate o ñoquis) y carnes como el solomillo de ternera o el secreto ibérico de bellota.

Cócteles para la tarde. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

De postre, saquen sus móviles para retratar las nubes El Cielo de limón con menta y ron, opción dulce que se codea con las trufas de chocolate o los helados.

Un momento recomendado para visitar El Cielo es hacia las 21:00, cuando poco después el sol cae por detrás de la sierra de Collserola

El apartado de bebidas es más que abundante, entre su media docena de cócteles de autor (recomendados: el Rosalía y el Cielgroni), otros tantos clásicos y un número similar de variaciones del spritz (ojo al El Cielo Spritz), sin olvidar alternativas sin alcohol.

En cuanto a los vinos, hay una docena de referencias de tintos, rosados y blancos y varios espumosos, entre ellos, algunos de los champagnes más exclusivos del mercado.

Pulpo a la brasa. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

La terraza del Sofitel ofrece dos experiencias para este verano: por un lado, la Dolce Vida by El Cielo, donde cada jueves de 17:00 a 23:00 hay “una oda a la coctelería italiana”, donde se pueden probar de cuatro a seis spritzs por 45 a 65 euros y otros combinados.

La otra es But first champagne by El Cielo, cada sábado en el mismo horario, donde el champagne rosado, con Laurent Perrier Rosé y Veuve de Clicquot Rosé, es protagonista.

Almanac

Azimuth Rooftop, la propuesta del hotel Almanac Barcelona (Gran Vía 619-621) debuta en el panorama de terraceo local con unas recomendadas vistas a las cúpulas e iconos arquitectónicos de la ciudad (empezado por la Sagrada Familia, en el sector contiguo a la barra).

La carta de este nuevo espacio sigue la línea del chef Rodrigo de la Calle en Vivens, con el acento puesto en el mundo vegetal, pero a diferencia del restaurante a pie de calle, aquí se piensa en un concepto de comida callejera (bue, street food). “Y no de Barcelona, sino de todo el mundo”, nos explica la gerente general del hotel, Sandra Jiménez. El precio medio es de 40 a 50 euros (sin bebida) si se eligen platos para comer, o de 35 euros si solo se opta por las picadas.

Platos del mundo con buenas vistas. Foto Hotel Almanac Barcelona

Cocinas del mundo en Azimuth

Algunos de ellos los probamos en la presentación a la prensa: empezamos con una ensalada de cogollos con mini mozarella y tomates, que dio paso a un hermanamiento a tres bandas entre Perú, México y Cataluña con el ceviche de corvina con leche de tigre de apio y mango y los guacamoles con totopos.

Las samosas de verduras son un guiño al Magreb, mientras que el kebab de pollo con remolacha y salsa sriracha recuerda a la cocina de Oriente Medio.

La propuesta de Azimuth es viajar por el mundo a través de platos de comida callejera

Un guiño a la cocina latinoamericana. Foto Hotel Almanac Barcelona

Damos un salto por encima de Europa para volver a aterrizar en Norteamérica con los tacos de cerdo con carne madurada a baja temperatura, acompañado de cebolla, piña y con un toque de cilantro, para culminar allá por Oriente con una gyozas son salsa de sésamo y aceite.

De postre, en vez de helados al estilo mexicano o italiano, o de sorbetes de frutas, dimos cuenta de un potente cóctel de mezcal con piña, yuzu y tajín.

Una potente hamburguesa para los que son de buen comer. Foto Hotel Almanac Barcelona

Además de estos platos, en la carta de Azimuth se pueden encontrar las arepas de pollo y guacamole con ensalada de conservas, los pinchos morunos al estilo andaluz, la hamburguesa de ternera con queso de cabra, los fingers de pollo con especias cajún, el hummus o el falafel de garbanzos, el pad thai con gambas o el arroz frito al wok con huevo, entre otras opciones de comida del mundo.

En total son 32 opciones, con un cariño al mundo vegano y vegetariano, que son acompañados por una docena de cócteles de autor y unos cuantos clásicos, además de una buena provisión de destilados y vinos.

Pulitzer

Vuelve por 11ª edición consecutiva las #BuenasTardesPulitzer, la combinación de terraceo con copas y platos ligeros combinados con una variada agenda musical, con estilos que van desde la electrónica a géneros alternativos con un guiño a la tribu indie.

Espectáculo en la terraza del Pulitzer. Foto Alba Giné

Ubicado en la terraza del Hotel Pulitzer (Bergara 8), a pasos de Plaza Cataluña, desde su altura se contempla un mosaico de cúpulas y tejados en el corazón céntrico de Barcelona.

“Este es el único hotel de Barcelona que ofrece una programación musical abierta cinco días seguidos”, precisan sus organizadores.

En concreto: cada miércoles hay conciertos en directo, y de jueves a domingo hay presentaciones de DJs. Por ejemplo, para los próximos días se presentarán Deloc & White (sábado 15) Piti Vaccari (domingo 16), Salvatge Cor (miércoles 19), Sonido Tupinamba (jueves 20), Budget Jones (viernes 21), Breixo Martínez (sábado 22), Hanakito (domingo 23), Persona (miércoles 26), Dadame (jueves 27), Aiby (viernes 28), Katmandü (sábado 29) y Germán Zito (domingo 30).

Excepto los lunes y martes, cada día hay presentaciones de grupos y DJs en la terraza del Pulitzer

Platos y platillos en la terraza del Pulitzer. Foto Alba Giné

Las propuestas del Pulitzer

En cuanto al panorama gastro, la novedad de este año es que cada mes está dedicado a la cocina de un país, a cargo de los chefs Tomás Bueno y Saúl Hernández; con una interesante deriva a los platos a las brasas.

Entre los entrantes, aquí llamados Buenas Tardes Beats, se encuentran, las croquetas de pollo con trufa y parmesano o las de cochinilla pibil, el hummus de remolacha, feta y granada con crudités y pan pita; el guacamole casero con totopos, las bravas del Buenas Tardes o los dúos de chips y olivas marinadas y jamón de bellota 100% ibérico con pan con tomate.

Variedad de cócteles para elegir. Foto Alba Giné

El peldaño superior, de platos más importantes, está conformado por creaciones como los yakitoris coreanos, la fritura de calamares con alioli de chipotle y lima, los tostones de plátano maduro con atún marinado, los tacos de carnita con aguacate y pico de gallo, la rooftop burger que llega con de boniato frito, el cubano (sandwich de roastbeef de cerdo, jamón, queso, mostaza y pepinillos) y dos opciones de pizzas: la de flor di latte con tomates cherries confitados y pesto, y la de stracciattella y sobrasada picante.

En el capítulo de postres, atención al cremoso de cheesecake y el helado de vainilla con crumble. 

En la carta de bebidas, además de una gran diversidad de vinos, espumosos y cervezas, hay varios cócteles a tener en cuenta, desde el suave strawberry basil hasta el fotogénico Blue Lagoon.

NH Collection Barcelona Gran Hotel Calderón

En una de las ubicaciones más especiales de la Rambla de Cataluña, ocupando el antiguo Teatro Calderón, obra del arquitecto Josep Rodríguez Lloveras, pupilo de Puig i Cadafalch, uno de los padres del diseño modernista catalán, el hotel NH Collection Barcelona Gran Hotel Calderón, atesora una de las terrazas con mejores vistas 360º de la ciudad.

Eleven BCN, NH Collection Barcelona Gran Hotel Calderón.

Con el nombre Eleven BCN y situada estratégicamente en la planta 11 del edificio, donde además se puede disfrutar de una piscina con extraordinarias vistas (solo para alojados), la carta destaca por sus cócteles internacionales ideados desde la creatividad y equilibrio, donde no se renuncia a la belleza en cada copa ni, por supuesto, a los guiños al producto local, lo que ha hecho del lugar un punto de encuentro de lujo de la ciudad.

Un Manhattan Ibérico con Ysabel Regina, Padro Reserva Especial, Tío Pepe y angostura, un Mojito de hierbas o un Eleven Porn Star con Stolichnaya Premium, fruta de la pasión, chocolate blanco y cava se pueden maridar con alguna de las propuestas para picar que van desde queso manchego y croquetas caseras hasta ligeros pokes, surtidos de makis y sushi, fruta osmotizada o hamburguesas.

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